Las siguientes son fallas comunes y métodos de mantenimiento para el láser de pulso RPMC neoMOS-10ps:
Fallos comunes y causas
Sin luz
Problema de fuente de alimentación: una conexión de alimentación floja, una falla del interruptor de alimentación, un fusible quemado o un componente interno de la fuente de alimentación dañado pueden provocar que el láser no obtenga una fuente de alimentación normal y, por lo tanto, no emita luz.
Falla del tubo láser: el envejecimiento del tubo láser atenuará gradualmente la salida de energía o incluso dejará de emitir luz; la falla del sistema de enfriamiento de agua del tubo láser, como falla de la bomba de agua, mala circulación del agua de enfriamiento o mala calidad del agua, hará que el tubo láser se sobrecaliente y también afectará la salida de luz.
Problema del sistema de control: El software o la tarjeta de control fallan y no pueden emitir correctamente el comando de salida de luz; configuraciones de parámetros incorrectas, como potencia, frecuencia y otras configuraciones de parámetros, pueden provocar que el láser no emita luz o tenga potencia insuficiente.
Problema de trayectoria óptica: la lente óptica está cubierta con contaminantes como polvo y aceite, o la lente está dañada y la trayectoria óptica está desplazada, lo que evitará que el láser transmita normalmente.
Factores externos: La temperatura ambiente y la humedad fuera del rango apropiado pueden afectar el rendimiento del láser; fallas mecánicas, como problemas con partes móviles como rieles guía y correas, también pueden afectar indirectamente la emisión del láser.
Punto de luz anormal
Trayectoria de luz irregular: El tubo láser no está alineado correctamente con la trayectoria de la luz, o la vibración durante el funcionamiento del equipo hace que la trayectoria de la luz se desplace, lo que hará que el punto de luz se desvíe del centro, adquiera una forma irregular o pierda la función de enfoque.
Daños en la lente: los rayones, el desprendimiento del revestimiento o la contaminación en la lente reflectante o la lente de enfoque interferirán con la distribución de energía del rayo láser, lo que provocará una distorsión de la forma del punto de luz, un brillo desigual o una dispersión del rayo.
Fallo de energía
Sobrecarga: El láser funciona a alta potencia durante mucho tiempo o el diseño de la fuente de alimentación no es razonable y la potencia es insuficiente, lo que puede provocar que la fuente de alimentación se sobrecargue, se sobrecaliente o incluso queme los componentes internos.
Sobretensión: La tensión de entrada es demasiado alta debido a fluctuaciones de la tensión de la red, fallas del regulador de potencia y otras razones, lo que puede dañar la fuente de alimentación del láser.
Mala disipación de calor: el disipador de calor está bloqueado, el ventilador falla o la temperatura ambiente es demasiado alta, lo que genera una mala disipación de calor de la fuente de alimentación, aumenta la temperatura interna y luego provoca fallas.
Envejecimiento de los componentes: los condensadores, resistencias, tubos de potencia y otros componentes dentro de la fuente de alimentación envejecerán después de un uso prolongado y el rendimiento disminuirá o incluso fallará.
Métodos de mantenimiento
Revise regularmente el sistema de trayectoria óptica: Revise regularmente el tubo láser y los componentes ópticos, como reflectores y espejos de enfoque, en la trayectoria óptica para asegurar que estén firmemente instalados y que la trayectoria óptica esté correctamente alineada. Si hay polvo o contaminantes, utilice herramientas y reactivos de limpieza especiales; si las lentes están rayadas o dañadas, reemplácelas a tiempo.
Mantenimiento del sistema de refrigeración: Si el láser se refrigera por agua, asegúrese de que la circulación del agua de refrigeración sea normal, revise periódicamente el funcionamiento de la bomba de agua, si la tubería está obstruida o presenta fugas, y reemplace el agua de refrigeración a tiempo para mantenerla limpia y libre de impurezas. Si se trata de un láser refrigerado por aire, asegúrese de que el ventilador funcione correctamente y limpie el polvo del radiador con regularidad.
Revise el sistema de alimentación: Compruebe periódicamente si la tensión de entrada de la fuente de alimentación es estable y si el cable de conexión está suelto o dañado. Revise los componentes internos de la fuente de alimentación, como condensadores, resistencias, etc., para detectar signos de desgaste o daños y, si es necesario, reemplácelos a tiempo. Al mismo tiempo, asegúrese de que la fuente de alimentación disipe bien el calor, mantenga el radiador limpio y el ventilador funcione correctamente.
Limpie el exterior del equipo: Limpie regularmente el polvo y los residuos de la carcasa del láser para mantenerlo impecable. Evite utilizar el láser en entornos con mucho polvo, aceite o gases corrosivos para evitar afectar su rendimiento y vida útil.
Comprobación de software y parámetros: Compruebe periódicamente si el software de control del láser está actualizado. Si hay una actualización disponible, actualícela a tiempo para obtener un mejor rendimiento y estabilidad. Al mismo tiempo, compruebe que la configuración de los parámetros del software sea correcta para evitar fallos causados por parámetros incorrectos.
Control ambiental: Mantenga la temperatura y la humedad del entorno de trabajo del láser dentro de un rango adecuado. Generalmente, la temperatura debe mantenerse entre 15 °C y 30 °C y la humedad debe mantenerse por debajo del 50 %. Asimismo, asegúrese de que el entorno de trabajo esté limpio y ordenado para reducir la acumulación de polvo y residuos.